sábado, 13 de marzo de 2010

Los 37




la estrategia de tierra arrasada con que los grandes medios empujan y presionan a la oposición desde la derrota del oficialismo en las elecciones del 28 de junio empezó a mostrar efectos de irrealidad y síntomas de desgaste. La derrota en el Senado después de varios días de exaltación de una realidad monolítica que la oposición no tiene –ni tiene por qué tener– demostró los hechos como son: existe una primera minoría y una oposi ción saludablemente diversa. Una situación que deja el juego abierto y no lo condena al determinismo antigobierno reclamado con argumentos equívocamente republicanistas.

Pintar a un gobierno, éste o cualquier otro, como un villano peor que la dictadura, proponer el odio contra los Kirchner y en función de ese escenario convocar a una unidad opositora de salvación nacional, como hacen los grandes medios heridos por una ley que los perjudica, es un esquema que no parece demasiado ajustado a la realidad. Esa homogeneidad que se exige a la oposición para arrinconar al gobierno solamente es legítima en situaciones límite de verdad, las que, por suerte, no se dan. Cuando esa unidad se fuerza sin que existan las condiciones que la justifican, la democracia se empobrece en un juego entre dos partidos, el oficialista y el opositor, la polarización tiende a borrar diferencias y matices de uno y otro lado, y el debate y la confrontación de ideas son reemplazados por una lucha sólo por el poder.

Pero insistir en ese escenario tan extremo es la única forma de eliminar las críticas más cercanas, tanto en el oficialismo como en la oposición. La crítica se acalla ante el riesgo que despunta desde el campo adversario. En general, el escenario que vienen reclamando los grandes medios a la oposición, y que de algún modo empobrece aún más el hacer político, fue el que se vivió durante toda la semana que pasó y que implicó una derrota inesperada para la oposición. Inesperada para ellos porque se confiaron en una homogeneidad que por suerte no existe. Por suerte para la democracia, no para el Gobierno, que ahora resultó favorecido pero que en otras oportunidades esta característica le puede jugar en contra.

Durante esos días desapareció la oposición de centroizquierda en un fenómeno difícil de explicar, por el cual legisladores que provienen de corrientes progresistas, como los cordobeses del juecismo o el socialista de Santa Fe, se plantaron junto a Carlos Menem, Juan Carlos Romero o Liliana Negre de Alonso en contra de Mercedes Marcó del Pont, una de las pocas presidentas progresistas que ha tenido el Banco Central.

Se sabe que juecistas y socialistas tienen diferencias con los otros senadores de pensamiento tan conservador, sin embargo no lo demuestran cuando acuerdan que la senadora Negre de Alonso, partidaria del Opus Dei, presida la Comisión de Legislación General del Senado. Para el socialista Rubén Giustiniani, que ha impulsado proyectos a favor del aborto, constituye un retroceso esta alianza falsamente planteada como de salvación nacional. Para los juecistas, que han impulsado temas de derechos humanos, coincidir con senadores que están planteando amnistías o la reivindicación de Videla, también es un problema. Pero sobre todo desaparece esa diversidad de enfoque que puede plantear la oposición de centroizquierda.

Este reduccionismo de la diversidad política intenta que voten juntos reutemistas y socialistas y que los juecistas compartan el discurso con su comprovinciano el “milico” Aguad, cuando ellos surgieron supuestamente para superarlos. Pero, más allá de los nombres, tampoco hubo nada de progresista en ninguna de las posiciones que los unificó. Por el contrario, todos estos acuerdos han sido en función de propuestas conservadoras como la intangibilidad de las reservas del Central, el rechazo a Marcó del Pont o el fortalecimiento de las posiciones más conservadoras en cuestión de género, educación sexual o discriminación. Apoyar a Negre de Alonso y votar en contra de Marcó del Pont es reaccionario.

Para la oposición progresista, esta alianza a la que es llevada por la gran bola mediática que pinta un cuadro imaginario de crisis extrema implica perder gran parte de su identidad en función de hechos y medidas de corte conservador. Incluso en un determinado momento la ofensiva lanzada desde esta alianza opositora dejó en el aire el fuerte olor a pólvora destituyente. No de impulso golpista, sino de no dejar gobernar, de atarle las manos al Ejecutivo entre un coro de columnistas exaltados que reclamaban cada vez más de la oposición cuando sus dirigentes no lograban ponerse de acuerdo o expresaban sus diferencias lógicas.

El famoso mito alrededor de los 37 no puede definir los movimientos de todos los actores de un paisaje tan heterogéneo. Si la oposición reúne o no esa cantidad de votos en el Senado para tener quórum y mayoría propia debería ser algo a discutir frente a cada debate. Resulta absurdo que por el famoso 37, cual fórmula de la Cabala, desaparezcan las diferencias, muchas de ellas de fondo, entre las distintas corrientes políticas que están expresadas en la Cámara alta, tanto en el oficialismo como en la oposición. A no ser que los socialistas piensen igual que los menemistas, o los menemistas igual que la Coalición Cívica y los radicales y que todos ellos formen el gran partido de la oposición, en cuyo caso sería interesante que se lo hubieran comunicado a sus afiliados antes de las elecciones.

Los medios no tuvieron piedad por la derrota de la oposición en el Senado y titularon con un desprecio profundo hacia este sector que, desde sus necesidades, no sirve para frenar al Gobierno. Algunos de los dirigentes salieron a repartir culpas y sospechas, como suele suceder después de las derrotas, las que, como todo el mundo sabe, no tienen madre ni padre. Luis Juez y Elisa Carrió se anotaron en esa gimnasia bajo la suposición de que esos 37 senadores opositores están condenados a votar en línea durante los próximos dos años. Los radicales fueron más sensatos al reconocer que en los debates políticos a veces se gana y otras se pierde. Se puede buscar el motivo de esa derrota en la corrupción, como eligieron Juez y Carrió, o en el reconocimiento de la diversidad que existe entre esos 37 senadores.

No es un dato menor que se trataba de votar en contra de una de las economistas con mejores antecedentes para encabezar el Banco Central, “una militante de siempre por la producción y contra el ajuste”, como ella misma se definió, coincidiendo, seguramente, con una porción importante de peronistas, socialistas, radicales y algunos juecistas. Y, sin embargo, se les exigía a los 37 un rechazo airado a Marcó del Pont como si se tratara de una delincuente. Se la citó sin escucharla ni hacerle preguntas y con predictamen negativo ya anunciado públicamente en revancha por la maniobra del Gobierno de anular un DNU para pagar deuda con reservas y, al mismo tiempo, promover otros dos similares.

Los contendientes de ambos lados, el oficialismo y la oposición, mostraron que están dispuestos a jugar fuerte, sin salirse del marco institucional, pero forzándolo al máximo. Los dos argumentan que es la única opción que les dejan desde la trinchera de enfrente. En todos esos encontronazos ya hubo algunos resultados que deberán concretarse la semana próxima. Marcó del Pont ganó dos votos de los 37 que tenía en contra y es probable que permanezca al frente del Banco Central. Y en relación con las reservas, finalmente el Gobierno accedió a respaldar un proyecto de ley similar a sus DNU. Se verá en ese caso el resultado, aunque también habría otros dos votos de los famosos 37 que respaldarían el proyecto además del oficialismo. Es un resultado al que se llega con los ojos morados y varios chichones. No parece la mejor manera para tomar decisiones y no estaría de más que oficialismo y oposición investiguen caminos menos dramáticos. Por otro lado, la idea de un sector de la oposición de atornillar los 37 votos se demostró como irreal, y muy desfavorable sobre todo para el centroizquierda opositor, que termina desdibujado detrás de posiciones muy reaccionarias.

Luis Bruschtein

Que se vayan todos… Los hijos de punta

Fue en enero, en un lujoso club house alquilado por la rata Rattazzi llamado El Chorro (el predio, no el presidente de FIAT). Ambiente de puterío político y del otro. Champagne fácil y mucho olor a oligarquía. La crema del poder económico y algunos farabutes del jet set celebraban que un mes antes el Congreso Nacional de la Argentina se había llenado de aves rapaces y chimpancés.

La fiesta blanca. Así denominó Rattazzi a la popular reunión de castos patriotas. ¿Acaso porque los asistentes son inmaculados vírgenes de la sociedad ilustrada? ¿O porque en ese campo corrían por la raya los alados reyes que aspiran a intoxicar a los argentinos? Presencias temibles para la democracia: Mariano Grondona, el clan Macri, la “famiglia” Soldati, Daniel Hadad, Tinelli. No se detectó a la serpiente Carrió, aunque por esos días se la veía muy feliz retozando por las playas y provocando peligrosos maremotos cada vez que se arrojaba a las aguas.

En diciembre, el cristiano empresario ya había protagonizado una expedición libertadora de manual: primero un apriete a sus pares de la Unión Industrial para que tomaran posiciones de mayor confrontación contra el gobierno; después una reunión con Duhalde, en el que el bañero se mostró dispuesto a servir como salvavidas del antipopulismo kirchnerista; luego un viaje a Israel (según Ámbito Financiero del 21 de diciembre “para visitar una industria maderera”); finalmente, gran fiesta social gran por la boda de su hija, Rattazzita, con el nieto de Goar Mestre en el Tattersall de Palermo, con notable concurrencia: entre otros próceres, Domingo Cavallo y señora; los infaltables Macri y autoridades del Grupo Clarín.

¿Conspiración en marcha? No podemos asegurarlo, más allá de las coincidencias de ideas e intereses. ¿Confirmación de un hecho clave y peligroso para el futuro? Acá sí podemos darlo por sentado… Y es que esta runfla decadente que no tiene más motivación en la vida que amar al dinero y al poder (para lo cual se plantea aplastar toda iniciativa que intente repartirlo de otra manera), ha conseguido la victoria más importante de su carrera: después de “vencer” por la vía de la violencia más atroz, hoy ha logrado “convencer” a una masa estúpida de dirigentes de diversa extracción social e ideológica para que “vean” en el gobierno nacional de los últimos años al peor de los monstruos de toda la historia argentina.

Estos sectores han asimilado (en verdad se han tragado con placer) la idea de que nunca jamás, desde 1810 hasta hoy, el país estuvo tan al borde de su desaparición como desde 2003 para acá. Con una “naturalidad” que roza lo demencial, aparece esta nueva clase que compungida y seriamente afirma que lo que están “sufriendo” los argentinos no se vivió ni en la Década Infame; ni en los años de bombardeo, fusilamientos y proscripciones del 55 en adelante; ni en la masacre y el saqueo del 76; ni mucho menos en la estafa más grande que haya conocido país alguno en nombre de la democracia, cuando en los 80 y 90 se rifó el país de la manera más vergonzosa que se recuerde.

El odio al peronismo, el patológico comportamiento de verdaderos poligrillos de la política que hoy posan de monaguillos como si no hubieran pecado jamás (¡¡¡los radicales que vaciaron el Banco Central por negociar un megacanje ahora denuncian al gobierno que ahorró la friolera de 48 mil millones de dólares!!!), es una invitación a perder la cordura y abrir brechas muy profundas.

A uno, por caso, lo lleva a asumir conductas primitivas en la relación con otros eventuales pasajeros en este viaje de vida, que tal vez no sean aconsejables porque rompen cualquier posibilidad de armonía, pero que hacen a la más elemental forma de supervivencia, en este caso de un proyecto político. Queremos decir: los amigos de nuestros enemigos son nuestros enemigos. No hay vueltas. Y esto cabe para todos, sin excepciones. ¿Lo entenderán en las playas esteñas donde se levantan los pinos de Solanas?

Hoy tenemos que pelear contra una hidra de siete cabezas: corporaciones del dinero, embajadas, jueces, mercenarios de la política, periodistas, obispos que no tienen cura y esos civiles incivilizados que -para disgusto del padre celestial de la educación- llaman a la barbarie cuando les calientan un poco la sesera.

Todos empujan y golpean de arriba a abajo, en muchos casos esquizofrénicos, para provocar una verdadera movida de piso que nos quiebre y nos lleve a profundidades inimaginables. También nuestra Argentina está sufriendo un terremoto provocado por el odio y la sinrazón. Que seguramente tendrá réplicas sin pausa, de mayor o menor intensidad, para que no quede ni un edificio en pie y sus habitantes (el pueblo, nosotros) terminemos por aceptar que con la “naturaleza” de las “instituciones” no se puede.

La imbécil clase media que llena restoranes y playas, la que come y no convida porque se tragó muchos sapos en su vida, y que grita histérica que ya no se puede más porque le aumentan el perejil todos los días, esta vez no pedirá como castigo un movimiento militar sino un movimiento “institucional”.

¿Podremos eludir el diluvio liberal? Por si acaso, empecemos ya a construir nuestra arca de Noé. Todos los nacionales debemos reunirnos en el mismo barco porque ante cualquier posibilidad de hundimiento tenemos que estar más juntos que nunca. Hay que conservar la especie humana de la que venimos para que nuestra civilización de amor, solidaridad y justicia social no desaparezca nunca.

Vamos por nuestra gran balsa con una consigna: tengo que conseguir mucha madera, tengo que conseguir de donde sea… (Y que no nos falten palos).

Claudio Díaz - Periodista, profesor de historia y escritor

“El PJ parece un jardín de infantes”


Néstor Kirchner actualizó sus críticas al grueso de la oposición y aprovechó para azuzar sus internas. “Somos el jardín de infantes al lado de la oposición”, bramó el diputado, en un estadio de Ferro casi repleto.
Un día después de escenificar en Chaco su reasunción como jefe del PJ, Kirchner celebró el aniversario de la victoria de Héctor Cámpora junto al otro actor político que sostiene al gobierno nacional: los movimientos sociales. Los dirigentes del Frente Tansversal y el Movimiento Evita le correspondieron postulándolo como candidato a presidente.
Al anochecer, unas horas después de que la oposición fracasara en su avanzada para rechazar la designación de Mercedes Marcó del Pont en el Banco Central, Kirchner le pidió, sin dar nombres propios, que “termine con estas actitudes, con esta máquina de impedir”. Explotó, entonces, el hit militante de la tarde-noche: “Llora la gorda Carrió, el Colorado también, Néstor va a volver con la JP”.
Tal fue el clima político del acto que organizó el Movimiento Evita y otras 18 agrupaciones que subscriben al kirchnerismo y controlan los planes Argentina Trabaja.
Se instaló, en Ferro, un aire más transversal que de peronismo ortodoxo, con un promedio de edad mucho más bajo que en el acto chaqueño y pejotista del miércoles.

La excusa convocante fue, de hecho, el aniversario número 37 de la elección presidencial que ganó “el Tío” Héctor Cámpora junto a Vicente Solano Lima. En su discurso –enjundioso pero atropellado e impreciso por momentos– Kirchner aclaró que no es su plan quedarse en el gobierno hasta 2020. “Algunos quieren confundir lo que dijimos ayer. En su momento se elegirán las candidaturas”, avisó el diputado nacional y presidente del PJ. Confesó, además, que “no somos eternos; tenemos un tiempo histórico que cumplir”. Lo contradijeron las banderas del Movimiento Evita y las remeras del Frente Transversal que proponían “Néstor Kirchner 2011”.
En su relato de casi media hora, plagado de elogios para su gobierno y para el de Cristina Fernández, a quien, dijo, “ama y admira”, Kirchner habló del actual debate por el uso de reservas para pagar la deuda externa. “No las tenemos para adorarlas, sino para desendeudar la patria”, graficó.

El reasumido jefe del PJ llegó en helicóptero al estadio de Caballito, “barrio de gorilas”, según la sensibilidad de los jóvenes kirchneristas que coparon la cancha de Ferro.
El locutor del evento exageró unos “¡70 mil militantes!”. La cancha, dispuesta como para un recital, estuvo casi repleta en el campo y sus tribunas.
Antes de Kirchner, hablaron los organizadores Fernando “Chino” Navarro y Emilio Pérsico, del Movimiento Evita, y Edgardo Depetri, del Frente Transversal.
Los tres coincidieron en postular a Kirchner para las presidenciales de 2011. “Con Néstor ganamos en primera vuelta”, prometió Depetri, después de castigar a “los multimedios”, a “menemistas”, “duhaldistas” y “radicales supuestamente democráticos”. “Néstor nos expresa y va a ser nuestro candidato”, exclamó el barbudo Pérsico. Después, le tocó al jefe de la CGT, Hugo Moyano, quien definió a Marcó del Pont como “una compañera que demostró coherencia y responsabilidad”. A la oposición, en cambio, le dedicó ser “un cambalache mezclado en el lodo que hubiera inspirado a Discépolo”.
Los palos conceptuales a la oposición fueron el argumento que más aglutinó a oradores y público. Un video con imágenes de Elisa Carrió –chiflidos, del público– y de Cobos –más chiflidos– estuvo a tono. Incluso, el gobernador Daniel Scioli se quejó por el accionar de “las fuerzas de la oposición”. El motonauta, el menos aplaudido de todos, admitió que “los dirigentes de las organizaciones sociales tenían prejuicios conmigo”. Al final, Kirchner remató la performance crítica hacia el núcleo de radicales, peronistas disidentes, macristas y cívicos. “No se enojen más, no se pongan nerviosos, no los queremos insultar. Ya que tanto hablaron de las formas, que las recuperen”.
Dedos en V, de todos los rincones de Ferro; marchita y a desconcentrar, por las calles de Caballito.

critica digital

11 de marzo de 1973: el día que votamos todos


La consigna es que vayan todos a depositar su voto, para evitar la trampa de la segunda vuelta, el llamado "ballotage", orquestado desde el poder para frenar el avance de las masas peronistas.

Esta elección era nada menos, que el epílogo de una larga batalla de resistencia, en que la generación de nuestros viejos primero y nosotros después, peleamos por el retorno incondicional de Perón a la Argentina. Dieciocho años de sacrificios y luchas, donde fuimos desenmascarando una a una todas las maniobras del régimen.

Como no pudieron acallarnos ni con la barbarie de los fusilamientos de Rojas y Aramburu; luego trataron de "integrarnos" con el maquiavélico Frondizi. Después vino el turno de Guido e Illia –muy democráticos por fuera, muy gorilas por dentro- y luego cuando todas las farsas se desmoronaban rápidamente, demostrando que el verdadero poder detrás del trono era el de los militares, estos se vieron obligados a dar la cara y gobernar sin intermediarios.

Onganía, Levingston y Lanusse, votados por nadie, recibieron el repudio generalizado y creciente de toda la población que los combatió como pudo, en todos los rincones del país, hasta conformar un gran Argentinazo que obligó a estos uniformados oligarcas, hijos del Pentágono, a llamar a elecciones como el mal menor, es decir, a arriesgarse a que su enemigo histórico, el Peronismo, les ganara una elección presidencial y gobernara por tercera vez nuestro país.

El 11 de marzo de 1973, votamos todos y fue un gran triunfo popular. El "Tío" Cámpora ganó las elecciones por más del 50% de los votos y Perón allanó su regreso definitivo a la Argentina.

Y cuando digo que votamos todos, también hago referencia a queridos "cumpas" que quedaron en el camino antes de esas votaciones, pero que seguían y siguen estando en nuestro corazón, y desde allí, desde el corazón quiero hoy rendirles este homenaje. Porque todos ellos, sin excepción, encarnaron con sus acciones y se despojaron de lo más preciado que tenían, sus vidas, para hacer realidad el deseo de todo un pueblo, que bien podía resumirse en esas dos palabras mágicas que todo lo podían y que eran: ¡PERON VUELVE!.

Memorial del pueblo

Hago referencia al heroico general Juan José Valle, fusilado a traición; nuestro hermano Felipe Vallese, que detenta el triste privilegio de ser el primer detenido-desaparecido; el "loco" Ricardo "Dulce de Leche" Ibarra muerto en un accidente automovilístico y del que el diario "La Nación" confirmó que "tenía pendientes varios pedidos de captura por pertenecer a organizaciones ilegales adictas al tirano prófugo". Santiago Pampillón, estudiante y obrero mecánico de Ika-Renault, asesinado por el Onganiato; el "Bebe" Cooke, abatido por lo único que lo podía abatir: un cáncer. Gerardo María Ferrari, el ex seminarista muerto en un enfrentamiento con la policía, que lo acusa de ser un peligroso pistolero y malviviente, lo que motiva la defensa pública de su persona por sus amigos sacerdotes y la Coordinadora de Movimientos y Comunidades de la Iglesia de Rosario. Emilio Mariano Jáuregui, asesinado a mansalva durante una manifestación de repudio a la visita del magnate yanqui Rockefeller al país. Raquel Liliana Gelín, "Estelista", la primera compañera mujer, caída en combate en un tiroteo con la policía provincial, allá por 1970 en Córdoba. Emilio Maza, combatiente de La Calera, acompañado en su entierro por más de 10.000 personas, pese al estado de sitio imperante. El Negro Sabino Navarro, correntino, integrante de la Juventud Obrera Católica y delegado del sindicato de Mecánicos, que, aún rodeado en las sierras de Córdoba por miles de efectivos no se entrega con vida, y la dictadura militar, cuando encuentra su cuerpo, manda cortar sus manos para poderlo identificar.

Como no recordar a los pibes Belloni y Frondizi. Manuel Belloni, fundador de la Juventud Peronista de San Fernando y masacrado en Rincón de Milberg, Tigre, junto a su amigo Diego Ruy Frondizi en un enfrentamiento trucho; el "paragua" Carlos Olmedo, quizá uno de los teóricos más importantes que tuvieron las FAR y que muere al tratar de secuestrar a un alto ejecutivo de la Fiat, empresa que había dejado a miles de trabajadores en la calle. El "Dani" Balbuena, militante en La Plata de las Fuerzas Armadas Peronistas, que solía decir a sus interlocutores: "No tomé en mis manos la violencia por la violencia misma, antes de armarme de un fusil me armé de una verdad y después me puse a servirla". Jorge Juan Escribano, montonero. que le escribía a sus padres desde la clandestinidad para decirles que: "a los que viven en las Villas no les damos de comer con exclamar ´Pobre gente´. La solidaridad, la verdadera solidaridad con el que sufre, se da tratando de poner el hombro a su lado, y los ideales tienen validez cuando los hacemos valer, aunque nos cueste la vida". Carlitos Capuano Martínez, el flaco estudiante de arquitectura, que dejó la vida en Barracas para salvar a otros dos compañeros de una ratonera policial; los 16 masacrados en Trelew entre los que se contaban la profesora de matemáticas María Angélica Sabelli, Susana Graciela Lesgart de Yofre maestra rural y Mariano Pujadas, estudiante de agronomía, todos ellos peronistas revolucionarios. Tampoco quiero olvidarme de Angel "Tacuarita" Brandazza, secuestrado, torturado y muerto por efectivos del Segundo Cuerpo de Ejército en Rosario. Y la lista, esta trágica lista puede seguir largamente.

Por eso digo que ese día votamos todos, los que dejaron la vida y también los que ayudaron a mantener bien en alto las banderas peronistas: aquellos anónimos que tuvieron la valentía de acusar con nombre y apellido a los profanadores del cadáver de nuestra querida e inolvidable compañera Evita; por otro lado, los compañeros Rodolfo Walsh y Salvador Ferla que documentaron los fusilamientos de 1956 en inolvidables libros; también los miles y miles de militantes sindicales que recuperaron uno a uno los sindicatos intervenidos por la Fusiladora y por su lealtad a la causa popular llenaron las cárceles de todo el país. Es un deber así mismo recordar a los compañeros que ocuparon el Frigorífico Lisandro de la Torre para evitar su entrega y privatización en enero de 1959 al grito de ¡Patria Si, Colonia no! Entre ellos estaban, vale la pena recordar: Sebastián Borro, Avelino Fernández, Gustavo Rearte, Jorge Di Pascuale y mi querido amigo Cachito El Kadri. Y como se siguió resistiendo a la entrega del país, el gobernante de turno impuesto desde el Norte –Frondizi- instrumentó el Plan Conintes que nuevamente atiborró las prisiones de patriotas. Y también en ese mismo año aparece la primera guerrilla peronista, en el medio rural, los Uturuncos, y quizá los compañeros más antiguos que hoy nos acompañan se acordarán de las estrofas de esa zamba que el pueblo argentino esperanzado cantaba todos los días, como una letanía, en los ingenios azucareros y tabacaleros del norte de nuestro país: "El jefe uturunco viene por los valles de Tafí; la Patria lo espera y tiene, un corazón y un fusil".

Nos convoca la historia

Y sigamos haciendo memoria. Los programas revolucionarios de La Falda y Huerta Grande y esa epopeya popular que fue el 18 de marzo de 1962 cuando el compañero Andrés Framini, -otro querido amigo que ya no está- fue ungido gobernador de Buenos Aires por el voto popular. Parece aún hoy escucharse el eco de aquel grito de guerra: ¡Framini, Anglada, Perón en la Rosada! Y si vamos adelante en el tiempo, en el gobierno radical de Illia, debería recordarse a aquellos muchachos peronistas llenos de ideales que asqueados de unas FF.AA. monitoreadas desde Washington, y luego de unas elecciones fraudulentas donde el nuevo presidente fue elegido con sólo el 23% de los votos y el peronismo proscripto, recuperaron el sable de San Martín porque "La juventud argentina se ve forzada a realizar un acto heroico (…) aquella espada, la purísima espada del Padre de la Patria, aquel sable repujado por la gloria, aquella síntesis viril y generosa por la Patria, por milagro de la fe, volverá a ser el santo y seña de la liberación nacional. Desde hoy aquella espada que un día el Libertador, en plena lucidez legara al brigadier general Juan Manuel de Rosas, por la satisfacción con que viera la defensa de su patria frente a las agresiones del imperialismo, dejó su reposo en el Museo Histórico Nacional para brillar de nuevo en magno combate por la reconquista de la argentinidad. Desde hoy el sable de San Lorenzo y Maipú, quedará custodiado por la juventud argentina, representada por la Juventud Peronista…"…… Y un año más tarde, ya en 1964, el Plan de Lucha de la CGT; una experiencia fundamental de lucha de la clase trabajadora, a punto tal que 3.913.000 trabajadores ocupan 11.000 establecimientos industriales. El 75,4% del total de los asalariados, según el censo de población de 1960, responde al Plan de Lucha, que reclamaba entre otras cosas el regreso de Perón a su patria.

En fin todas estas luchas entroncan con las de mi generación, con el ejemplo revolucionario de todos esos compañeros que nombré anteriormente, al principio de este recordatorio.

Por eso reafirmo una vez más, para terminar, que ese día, el 11 de marzo de 1973, votamos todos, los que dejaron la vida y los que seguimos aún hoy en estos momentos críticos y difíciles, adelante, seguros y solidificados en nuestros principios para hacer en un futuro más bien próximo, la Patria de todos: Justa, Libre y Soberana, como la soñaron Perón, Evita y todos nuestros mártires, un mandato histórico que inexorablemente será cumplido.

Roberto Baschetti

miércoles, 24 de febrero de 2010

Plenario de referentes del FTNyP




Reunión 23 de febrero

TEMARIO

1.-El primero de marzo, Marcha en apoyo de la gestión presidencial de Cristina Fernández.

2.- Mesas de difusión por Asignación Universal por Hijo y el Programa Argentina Trabaja. El 5 de marzo (presentación formal) y el 6 se realiza el trabajo de difusión. Inauguración de un local del FTNyP en Quilmes.

3.- 11 de marzo acto en Ferro con el Movimiento Evita: En Defensa del Consumo Popular y el Salario.

Edgardo Depetri: Reivindico a “…las compañeras que en enero, con el calor, marcharon a Desarrollo Social por la asignación universal por hijo. Mas los cien mil empleos con el objetivo de devolver dignidad, no solo en salario y obra social. La asignación+trabajo es lo que apoyamos y propusimos en estos seis años…”

“…Producto de la derrota en manos de la derecha, los grupos más concentrados, la UIA, los grupos multimediaticos de comunicación, la embajada norteamericana y los personajes nefastos; sabemos quienes están de un lado y del otro (…) Por eso hay que cuidar el consenso del campo popular, que no vienen por Kirchner o Cristina Fernández, vienen por nosotros. Vienen por los procesos de trasformación que se instalaron en América latina, vienen por el control del aparato del Estado para fortalecer las empresas y no para el reparto de la riqueza. No hay posibilidad de arreglar con el poder porque no quieren acuerdos, porque quieren que el Estado sea garante de la explotación de los trabajadores y el pueblo argentino. No quieren discutir la rentabilidad del modelo. Piden ajuste y represión porque si se aceptan las condiciones del poder, quieren un dólar a 8 pesos, no hay que discutir salarios, mucho menos en gasto público, ni asignación por hijo, ni cooperativas, ni escuelas, ni hospitales, el poder dice hay que achicar el gasto y obras de infraestructura para beneficiar a las grandes empresas, alejarse de Chávez, Lula, Evo Morales, y acercarse a los EEUU, porque los anteriores afectan la rentabilidad de sus empresas…”

“…Todas las acciones del gobierno van a ser hackeados, nosotros tenemos que construir consenso fuera de las cámaras, ganar en las cabezas, en el corazón de nuestro pueblo, frente al discurso de los multimedios que nos dicen que todo está mal. Nosotros decimos que con la asignación universal por hijo y las cooperativas ha caído la desocupación y la indigencia…”

Ponderó “…el nombramiento de la presidente del Banco Central Mercedes Marcó del Pont, es otra decisión que hay que valorar, porque es una compañera del campo nacional, porque ha transformado el Banco Nación al servicio de las pequeñas empresas y el pueblo…”

“…El poder económico sigue pensando la política en terminos de crisis institucional, los sectores concentrados de la economía, quieren la salida anticipada de Cristina, su primera demanda como poder es la derrota y la capitulación del gobierno, debemos ser conscientes de esta situación, por eso atacan propuestas como el Fondo Bicentenario, atacan con el aumento de precios, para capturar de los salarios de los trabajadores y los ingresos de la población…”

“…Debemos hacer experiencia de una cadena de comercialización y producción con los mercados populares, para resolver el problema de nuestros compañeros, es una cuestión de organización, instalando nuestras propias lógicas de construcción…”

“…La inflación es la herramienta discursiva para deslegitimar nuestro gobierno, porque golpea el salario, el empleo y las pequeñas empresas. El debate por la inflación nos va a mantener movilizados confrontando con el poder…”

“…La respuesta de nuestros referentes territoriales es que cada uno de estos compañeros que están en las cooperativas, estén afiliados a la CTA para dar el debate en el movimiento obrero en función de construir el movimiento nacional y popular…”

martes, 16 de febrero de 2010

Depetri: El programa "argentina trabaja" reactivo economias familiares


Buenos Aires, 15 de febrero - El dirigente del Frente Transversal Nacional y Popular, Edgardo Depetri, defendió el plan "Argentina Trabaja", al señalar hoy que "junto con la asignación universal por hijo se han recuperado fuertemente los ingresos de los sectores populares más vulnerables""Ha producido además una reactivación importante en la economía de las familias y de las barriadas, y son todos recursos que van al desarrollo del mercado interno", dijo, por lo cual sostuvo que "es una iniciativa política trascendente para el gobierno y para el pueblo argentino".
Depetri, en declaraciones que formuló en Casa de Gobierno tras una reunión con el secretario General de la presidencia, Oscar Parrilli, aseguró que "no hubo ninguna exclusión ni cupos para nadie" en el otorgamiento del plan.
"Lo que hubo fue una convocatoria donde estaban representados todos los movimientos sociales y se han integrado con muchas posibilidades al programa", señaló el ex diputado nacional, quien no quiso opinar sobre expresiones de otros dirigentes sociales que formularon objeciones al programa.
"No voy a opinar por las caracterizaciones que hacen otros dirigentes", dijo, y añadió: "Nosotros defendemos este proyecto no sólo porque construimos junto al gobierno una expresión de desarrollo territorial, sino porque estamos trabajando para que la Argentina avance fuerte en la distribución del ingreso nacional".
Depetri consideró que "en esto hay otras apreciaciones políticas, otros análisis, y algunos construyen en otra dirección, pensando más tal vez en opciones políticas y electorales que en construcciones de desarrollo territorial que atiendan a necesidades muy claras de nuestra población".