martes, 24 de noviembre de 2009

UN HISTORICO DEL PERONISMO



Primera Charla Abierta con: Antonio Cafiero

“Historia del Peronismo”

La misma se desarrollo en la Sede Nacional del Frente Transversal Nacional y Popular con la participación de Dr. Antonio Cafiero, Diputada Nacional Teresa Garcia, Diputado Nacional Edgardo Depetri y la presencia de Tito Aragón (Agrupación Martín Fierro).

Edgardo Depetri hace apertura del ciclo de charlas abiertas que se realizarán una vez al mes con personalidades a los cuales reconocemos un aporte al campo popular y que servirán para la formación de cuadros militantes. Destaco que “…Antonio Cafiero hizo un enorme aporte al Movimiento Nacional y la felicidad del Pueblo…” Presenta a la Diputada Teresa García del Frente Para la Victoria que sostuvo “…que desde el espacio del movimiento nacional, organizaciones sociales, políticas y gremiales (…) tenemos una responsabilidad hacia el 2011 y nosotros desde el peronismo insistir con que el próximo presidente tiene que ser peronista y esa victoria hay que construirla porque (nuestros enemigos) no nos van a hacer el camino fácil…” “…y si es que de aprender se trata, creo que Antonio a lo largo de todos estos años de la democracia (…) es alguien que jamás mira para atrás en la construcción política sino que esta planteando ya, en este momento, como se hace para construir la victoria en el 2011 para que siga gobernando el peronismo en nuestro país…”, paso seguido agradeció a Edgardo Depetri la iniciativa como aporte a la construcción política.

A su turno Antonio Cafiero agradeció a Edgardo Depetri y a Teresa García la invitación “…todos los que estamos aca, de distintas generaciones, estamos porque creemos en algo, porque tenemos fe en algo, ese algo se llama el peronismo, todos nosotros mas alla de si tenemos o no diferencias, que son mínimas, comparadas con la tarea que le espera al peronismo, compartimos un mismo credo político, compartimos una misma historia, al peronismo no se lo puede entender, si no se entiende la historia, el peronismo no nació ayer, ni nació en una cuna de plata o de oro, el peronismo nació en la calle, es el único movimiento político del mundo que no necesito de teóricos ni de estudiosos que fueran allanando el camino intelectual, se manifestó como es, como era y como será, COMO UN MOVIMIENTO DEL PUEBLO…”

ENSEÑANZA LIBRE O ENSEÑANZA LAICA

El 23 de diciembre de 1955, la dictadura encabezada por Pedro Aramburu dictó el decreto ley 6403 sobre la Organización de las universidades nacionales, cuyo artículo 28 establecía que “...la iniciativa privada puede crear universidades libres que estarán capacitadas para expedir diplomas y títulos habilitantes siempre que se sometan a las condiciones expuestas por una reglamentación que se dictará oportunamente”. Hasta ese momento, el otorgamiento de títulos profesionales habilitantes era una atribución exclusiva del Estado, por lo que distintas expresiones identificadas con la Reforma de 1918 manifestaron públicamente su oposición. Esto provocó la renuncia de Atilio Dell’Oro Maini, hasta entonces ministro de Educación y promotor de la iniciativa. En aquel mayo de 1956, el defenestrado artículo 28 parecía caso cerrado.Pero el 26 de agosto de 1958, todos pensaron que se haría efectiva su reglamentación: el presidente Arturo Frondizi anunció, en conferencia de prensa, que aplicaría la "libertad de enseñanza" en el ámbito universitario. La repercusión fue inmediata y se formaron los bandos a favor y en contra de la medida. El enfrentamiento trascendió como "Laica o Libre".La disputa se daba, fundamentalmente, en el interior del frente social y político antiperonista. Sin embargo, no fueron pocos los peronistas que se alinearon en un bando o en el otro.Equidistante de ambas tendencias, aunque no neutral, el 3 de octubre de 1958 César Marcos publicó en su periódico El Guerrillero algunas consideraciones acerca de un plenario de las 62 Organizaciones, donde incluye una caracterización del conflicto universitario. Gracias a la exhaustiva recopilación documental de Roberto Baschetti, ahora podemos publicarla. El Gobierno de Frondizi en cumplimiento de sus planes desintegradores de todos los sectores populares, para facilitar la operación “apertura” al capital extranjero, ha lanzado a la discusión pública el problema de la implantación de Universidades Privadas, enfrentando unos contra otros a todos los sectores de la sociedad argentina.Por medio de una falsa disyuntiva pretende desviar la atención popular, la policía de Niceto Vega ha tendido una cortina de gases lacrimógenos para ocultar la vergonzosa entrega del país.Pero la cuestión está, planteada, independientemente de nuestra voluntad. Y no podemos cerrar los ojos ante los hechos que diariamente se producen y conmueven a la opinión pública.Los sectores liberales y cosmopolitas del tipo de Frondizi (Risieri) y Romero (José Luís), que manejan las palancas de la Universidad han deformado deliberadamente la lucha por defender la Universidad Estatal transformándola en una lucha contra la Iglesia Católica.Pretenden reeditar un conflicto entre liberalismo y religión que nada tiene que ver con el país real. La bandera de la enseñanza laica es, por su parte, igualmente regresiva. La ley 1420 de educación común, llamada de Enseñanza laica ha sido completamente superada por la Doctrina Justicialista y ninguna de sus disposiciones se opone a la enseñanza Privada.Los grupos que defienden la llamada Enseñanza libre como reacción contra el carácter extranjerizante de la actual Universidad Estatal, sostienen que por la vía de las Universidades Privadas se podrán crear centros de estudio de tendencia nacional e incluso Universidades Obreras. Tales planteos no son menos peligrosos que los anteriores.La realidad va a determinar que junto a una hipotética Universidad Popular se van a levantar poderosos Institutos Privados pagados por los grandes monopolios ingleses, norteamericanos, franceses; por todas las corrientes religiosas no solo católicas, protestantes de todos los matices, israelitas, mahometanas, etc. Hasta las ideologías antipopulares e internacionalistas tendrán el derecho a formar sus propios centros de estudios.Con lo cual llegaremos al resultado de que la República Argentina será un mosaico abierto a la colonización cultural. De igual manera como el señor Frondizi pretende desintegrar nuestra unidad económica y política, paralelamente trata de hacer lo mismo, con nuestra personalidad nacional.Los Peronistas tenemos una posición definida que se desprende de nuestra doctrina cristalizada en el Segundo Plan Quinquenal (Capítulo Educación). Estamos contra la Enseñanza "libre" y contra la Enseñanza "laica". Estamos a favor del Monopolio estatal sobre la Enseñanza, no sólo universitaria; también sobre la primaria y secundaria.Sostenemos el derecho del Estado Argentino a formar a sus juventudes dentro de una Doctrina Nacional homogénea y popular. Aspiramos a una educación única destinada a exaltar los valores espirituales y materiales de nuestra nacionalidad.Se podrá alegar que tales objetivos no se alcanzarán mientras la Enseñanza permanezca en poder de los grupos liberales y masónicos. Eso es cierto. Pero la solución no consiste en abrir nuevas Universidades sino en lograr el control del Estado para el Pueblo y los Trabajadores.Las “62 Organizaciones” tienen la obligación de pronunciarse en favor de la enseñanza Estatal de acuerdo a los postulados de la Doctrina Peronista y convalidando los pronunciamientos ya realizados por la CGT de Córdoba, de La Plata, por el Movimiento Universitario Peronista de Santa Fe y por la Junta Coordinadora Provisoria Nacional de la Juventud Peronista.Deben también hacerlo porque vastos sectores estudiantiles, actualmente dirigidos por liberales y comunistas, esperan la solidaridad de los trabajadores en la lucha que están librando. Los trabajadores Peronistas no pueden dejarlos abandonados a merced de los comunistas. Debemos ganarlos para la causa de la Revolución Nacional mostrándoles que solo el Peronismo es capaz de luchar hasta el fin en defensa de una enseñanza Nacional abierta al Pueblo.
César Marcos

domingo, 22 de noviembre de 2009

LOS PROYECTOS COMUNITARIOS PREMIADOS POR LA CEPAL-La innovación al poder


Los niños “abrigados” de Brasil


UN PROGRAMA DE PADRINAZGOS PARA CHICOS DESAMPARADOS

Los niños “abrigados” son, en Brasil, chicos y chicas institucionalizados desde pequeños. En su mayoría provienen de hogares desintegrados, de familias de las cuales el Estado ha decidido excluirlos para que no sigan sufriendo abusos, o de familias que ya no pueden mantenerlos. Los abrigados están en disponibilidad para quienes deseen adoptarlos. Y demanda hay, explica el juez de Infancia y Juventud Mauricio Porfirio Rosa, pero de las 550 parejas que actualmente tramitan el pedido ante su juzgado, ninguna quiere otra cosa que niñas blancas y recién nacidas. Ese es el conflicto grave cuando la mayoría de los pequeños institucionalizados tiene la piel oscura, el pelo renegrido, los rasgos de una raza no europea. Por eso, como notó Rosa en sus visitas, los refugios de menores de Goiania (en el estado de Goiás) están repletos de niños de más de cinco años por los cuales nadie reclama.

“Cuando visitaba esos refugios me conmovía, me consternaba ver que los niños de más de 5 años no tenían ni siquiera la expectativa de recibir una visita, de celebrar con alguien una fecha conmemorativa o festiva. Eso me dejó trastornado y pensé que podíamos crear un mecanismo para suplir esa deficiencia, esa falla legal”, explica. De traje, corbata, tal vez la estampa más formal de la Feria, el juez cuenta que ése fue el origen de Anjo da guarda (www.anjodaguarda.net), el programa de padrinazgos que propone tres modos distintos de acercamiento a chicos y chicas abrigados, tres caminos posibles con diferentes niveles de compromiso.

El primero, de “padrino proveedor”, es para quien “quiere pagar los gastos del pequeño, la escuela, las necesidades económicas. Pero jamás aceptamos dinero para el proyecto. El dinero tiene que ser dado para el niño, porque no queremos sólo eso. Queremos crear un vínculo afectivo”. El segundo también provee, pero no a distancia, sino en la cercanía del contacto que puede comenzar como casual y terminar, con el tiempo, estableciendo vínculos. Se trata de un padrinazgo que provee servicios: “Aquella manicurista que quiere hacer las uñas de las niñas en el albergue, el peluquero que quiere cortar el cabello, el médico que quiere atender a los chicos”. El tercero es, de todos, el más comprometido física y emocionalmente, lo que Rosa define como “padrino social”. Es “el que pasa su tiempo con el niño los fines de semana, en Navidad, en Año Nuevo”. Desde 2005, cuando se puso en marcha desde el Juzgado y se sumó al proyecto la ONG Grupo de Estudios de Apoyo a la Adopción de Goiania, el volumen de adopciones de niños mayores de 5 años se incrementó, “porque aquella persona establece un vínculo, y a la hora de devolver al niño le duele el corazón, y quiere adoptarlo”.

El propio Rosa lo sabe. Si dice que “la paternidad y la maternidad no vienen de un fenómeno biológico”, es porque, aunque tiene hijos biológicos, él mismo es padre adoptante. El niño llegó a su casa cuando tenía ya cinco años. “Hoy puedo decir que no comprendo la vida sin él. Me da momentos de extrema alegría, de reflexión. Le doy lo que él tiene derecho de recibir, comida, educación, pero él me da vida. El sufría de asma y yo le hacía vaporizaciones en la noche, y un día como a las cuatro de la mañana, cuando ya estábamos los dos exhaustos, me preguntó: ‘¿Papá, por qué demoraste tanto en buscarme?’ Me largué a llorar, lo abracé y pensé ‘tantos otros niños deben estar diciendo eso en los refugios’.”

LOS PROYECTOS COMUNITARIOS PREMIADOS POR LA CEPAL-La innovación al poder

Un mercado gourmet desde el Altiplano


CRIANZA DE GANADO, EN PERU, CON ALIMENTOS NATURALES

Lourdes Saavedra sonríe, pero dice que lo que va a contar es muy triste. Tiene la piel curtida, una voz dulcísima, un traje tradicional de chola, con sombrero del que asoman dos trenzas larguísimas y cuelgan pompones, un género para cargar pesos sobre la espalda, delantal, falda, enagua, mil colores. Entre risas, agrega que tiene “cuarenta y tantos años”, y con orgullo suma dos hijos, una “señorita de 20” y un varón de 23. “Esto empezó en el año 2004, planteando que no podíamos seguir así. Hubo una sequía, después una helada, que se llevó todo”, y por todo quiere decir lo que ella y otras familias plantaban en los terrenos de cerca de su casa, para subsistencia y también ventas en pequeña escala. “Haba, cebada, avena, papa, plantábamos, pero todo quedó reseco” a fines de los ’90, cuando sus hijos eran pequeños y ni ella ni las tres mil familias que ahora llevan adelante un modelo empresarial propio, sustentable y continuo, desde el Altiplano (en el departamento de Puno), podían imaginar otra cosa que esa pequeña agricultura de subsistencia. Pero a partir de la necesidad “nos hemos organizado por familia, otros por amistad, por afinidad, grupos de asociados por provincia”.

“Buscamos un crédito”, y en lugar de ello, en 2004, dieron con Care Perú, un programa que les propuso capacitarlos en alimentación de ganado vacuno para reconvertirse y dejar la agricultura para dedicarse a la producción de ganado. “Nos enseñaban cómo prepara la comida para que en tres meses pudiéramos vender ya el ganado. Antes nos llevaba cuatro años para engordar.” Aprendieron que podían alimentarlos “con lo que teníamos a mano, que era poco pero alcanzaba. Avena, forraje, cebada, haba. La diferencia es que se lo dábamos no entero, picadito, y lo balanceábamos con algo más. Al principio a los comuneros, a los socios, les costó el cambio, sí, pero rápido se adaptan.”

Tras haber puesto en práctica otros modos de alimentación del ganado, resolvieron que había llegado el momento, “los animales estaban listos para comerciar en Arequipa y Lima”. Contrataron el primer camión, Lourdes y otros dos asociados subieron en la caja de los animales, para acompañarlos, “porque se cansan, les damos agua, los ayudamos a levantarse porque algunos se caen”. Son 150 kilómetros que recorren en “dos días y una noche de viaje”, hasta llegar a “donde hacen matanza, ‘degollan’, separan la carnecita del cuero, y entonces pesamos la carnaza, que es lo que se come, y vendemos eso. Aparte se comercia el cuero. La menudencia también es aparte”.

No fue fácil, dice Lourdes, la primera llegada: eso es lo triste. “La primera vez que fui a Lima, yo no conocía, fuimos cargando ganado. Era abril de 2006. Cargué los 24 ganados, bajé desesperada del camión en el camal, la empresa donde se comercia. Corriendo. Bajé preguntando quién quería comerciar con nosotros. No conocía a nadie, pero me encontré con un jovencito y le pregunté ‘¿Con cuál comisionista puedo vender?’ Me dijo: ‘Tal es un ratero, aquel otro no, pero si tú vas por esta vereda, vas a ver una persona en silla de ruedas. Con él puedes comerciar’. Yo he ido y he encontrado al señor. Dije: ‘Señor, buenas tardes. ¿Usted es comisionista? Vengo de Puno, he traído ganados, ¿podemos comerciar?’. Me dijo que sí, que fuera a buscar los animales para comerciar. Mientras volvía al camión, corría en mi cabeza una idea nada más: este hombre está en silla de ruedas, no se va a escapar, vamos a poder comerciar.” Y mientras iba y venía, le llovían insultos de otros comerciantes, ofendidos por ver una chola que, aunque no conociera la ciudad ni los secretos del negocio, pretendía saltear a los intermediarios y comprender cómo funcionaba ese mundo. Le decían “india”, “vete, bruta”, “pero me aguanté la discriminación. ¿Para qué? Para tener el mercado en nuestras manos”.

La carne que producen estas unidades familiares, agrupadas pero no necesariamente vueltas cooperativa, tiene pedidos quincenales y abastece a un mercado gourmet de ingresos medios y altos. El suyo es un producto premium codiciado porque “son ganados alimentados con pastos naturales, con granos naturales”. Lourdes no cabe en sí cuando hace el balance personal de lo que ha sucedido en los últimos años. Salió de la situación de pobreza profunda que atravesaba, pero además los ojos le brillan porque recuerda que “con el trabajo hemos solventado otros gastos. Mi hija estudia ingeniería de sistemas, mi hijo biomedicina. Jamás pensé que podía pasar”. “Generación de ingresos y empleo en unidades productivas familiares de crianza y engorde de ganado vacuno en el altiplano, mediante la tecnificación y la adopción de una gran visión empresarial, para alcanzar el desarrollo sostenible” es el larguísimo nombre con que se presentó en el concurso la experiencia de Lourdes. Lourdes aporta números contundentes: “3187 familias hemos trabajado. Hemos comerciado más de trece mil cabezas de ganado”.

Soledad Vallejos


jueves, 19 de noviembre de 2009

No es consenso, es Justicia

Desde el campo de la sociología el concepto de consenso fue objeto de distintos abordajes conforme a las diferentes corrientes sociológicas del momento: desde el funcionalismo iniciado por Spencer y profundizado por Durkheim y Parsons y desde las teorías del conflicto basadas en la obra de Marx y actualizadas por Wright Mills y otros sociólogos. Pero más allá de cualquier orientación, las preguntas que debemos formularnos son ¿para qué?, ¿con quiénes?, ¿para quiénes?, ¿cómo? Dichos interrogantes deberían estar presentes a la hora de definir este concepto.
Podríamos extendernos en esta cuestión, pero éste no es el núcleo del tema que nos ocupa.
El objetivo es buscar un sinceramiento de los sujetos, estamentos y corrientes de intereses políticos y económicos que se mueven en la diaria realidad social en la que estamos inmersos, muchos de los cuales han tomado un concepto de la sociología distorsionando su contenido en favor de sus propios intereses.
El proyecto de país puesto en marcha en el 2003, sostenido y profundizado por la actual gestión del gobierno nacional, recibe los embates de una oposición mediáticamente virulenta que ha instalado el término “consenso” como sinónimo de amplitud democrática, cuyo propósito es recubrirse de apariencias populares y tratar de conquistar mayor apoyo de la ciudadanía, pero que en el fondo responde a intereses políticos y económicos enfrentados a las bases de una construcción en pos de la justicia social para todos.
El neoliberalismo en Argentina tuvo consenso durante más de diez años e instaló en el país una pobreza jamás imaginada. Para Carrió, Morales, Solá, Macri, De Narváez, para sectores religiosos con monseñores y un locuaz rabino de la soja piquetera, para las grandes corporaciones económicas, el “consenso” equivale a que nada se modifique y que sus intereses no se vean afectados.
La tensión es propia de todo proceso de cambio, desde siempre y en todos los países del mundo. Los paladines del “consenso” enarbolan una bandera que no les es propia, pues ellos mismos son los generadores permanentes del conflicto al manifestar una oposición por la oposición misma.
¿No es, acaso, una contradicción que los reclamos con los que muchos de ellos hicieron sus plataformas electorales son ahora una realidad concreta y, sin embargo, generan un nuevo pedido de “consenso”? ¿Cuántas veces Carrió pidió la asignación universal por hijo? ¿Cuántas veces Morales reclamó porque las telefónicas no estén consideradas dentro de la ley de medios ? ¿Qué radical no esgrimió como punta de lanza la reforma del régimen de jubilaciones? ¿Acaso, De Narváez o sus socios –no tan socios ahora por apetencias individuales– Solá y Macri, no reiteraron casi hasta el hartazgo la necesidad de una reforma política? ¿Cuánto les molesta y duele lo realizado en materia de derechos humanos que tratar de devolverles la identidad a víctimas de la última dictadura militar se les antoja como una invasión o avasallamiento a la intimidad individual y privada de las personas? ¿Qué “consenso” sustenta la vergonzosa y cómplice plegaria de silencio de la Iglesia para no excomulgar a Von Wernich?
Es hora de que a las palabras se les quite el esmalte del gatopardismo: ningún gobierno necesita de esos “consensos” para consolidar la Justicia.
Consenso es también el que tuvo Hitler; consenso buscaron las distintas dictaduras que asolaron nuestro país y a América latina; con consenso, convirtieron en tragedia para nuestros jóvenes una causa justa como Malvinas.
Basta de simular bajo el léxico de la sociología. Basta de pretender imponer posiciones de poder , negando la transformación profunda que implica el unos con otros en un pie de igualdad y posibilidad ante la ley.
Si asumimos el compromiso de aportar nuestro mayor esfuerzo en la construcción del Estado de justicia, compartimos la posición del Derecho, en el decir de Héctor Negri, como un proyecto de armonía social fundado en el respeto a la dignidad humana. Por eso el derecho es una de las creaciones más difíciles y delicadas.
El fin del derecho es genuinamente pacífico, rehúsa totalmente los procedimientos violentos. La lucha por el derecho es una lucha de la conciencia, no de la fuerza.
La búsqueda de ciudadanos libres e iguales ante la ley es un desafío, no exento de errores que, seguramente, producirá conflictos y tensiones con quienes disfrazados de personeros de los “consensos” abogan engañosamente por el poder y la sobrevivencia de sus privilegios. Ese pregonar “consenso” entre algunos iguales, entre algunas minorías que se arrogan la representatividad de las mayorías, falseando su propia identidad ideológica, no es reivindicar la Justicia y la ética ciudadana, es abroquelarse, mimetizada y mezquinamente, en torno de sus propios intereses para cristalizar el Estado de injusticia.
Nuestra agenda es la militancia por el derecho y la justicia social, irrenunciable desafío del campo nacional y popular.


Gustavo Oliva
Rector del Colegio de la Universidad de La Plata.

Democracia y conflicto

El conflicto en Kraft, el subte y tantos otros recuerdan cuestiones que por obvias han sido olvidadas. En la filosofía política ha habido pocos intentos por desarrollar teorías democráticas realistas que reconozcan el carácter conflictual del capitalismo, en tanto sistema basado en la competencia entre los hombres. Es decir, a un capitalismo agresivo le corresponde una competencia agresiva, a un capitalismo social le corresponde una competencia moderada. Mientras que a un sistema de cooperación mutua no le corresponde ninguna competencia. La teoría democrática liberal está edificada fundamentalmente sobre la igualdad, y propende y defiende la igualdad de todos los hombres como objetivo central del sistema. Esta visión proporciona el fundamento central del pensamiento político democrático moderno, pues para tales teóricos la desigualdad es generadora de violencia y hostilidad. Debemos reconocer entonces que la política y los procesos sociales apoyados sobre estructuras capitalistas radicalizadas, como ha sucedido tantas veces en parte del llamado Tercer Mundo, adquieren un componente conflictual propio de todo sistema de competencia. Pensar que en un capitalismo extremo que expulsa a miles de personas del sistema dejándolas libradas a su “mala suerte” de desnutrición y mortalidad evitable, puede erradicarse totalmente el conflicto nos aprisiona cada vez más en este sistema. Deben admitir el componente conflictivo del capitalismo duro. Ahora bien, ¿debemos resignarnos a ese capitalismo duro, como si fuese una imposición de la naturaleza? ¿Debemos seguir admitiendo el hambre, la pobreza y la enorme tristeza de tantos, sólo por mantener un sistema radicalizado? ¿O acaso en otros órdenes de la vida, cuando algo ha demostrado que no funciona, no lo cambiamos? Las cosas siempre podrían ser de otra manera. Nuestro cuerpo cuando enferma nos alerta, la fiebre es una señal que el cuerpo nos envía. ¿Cuando la democracia sufre también nos alerta? ¿Es el conflicto nuestro termómetro? ¿El capitalismo salvaje le duele a la democracia? ¿Soporta la democracia a esta clase de capitalismo como socio? Sabemos que una verdadera política democrática debe darle espacio al conflicto, no debe temerle. Es decir el conflicto nunca puede destruirla, aunque sí puede –claro está– modificarla y reformularla. Pues el conflicto también es un legítimo canal político de expresión para las voces en disenso. Si el sistema obstruye el conflicto, éste tenderá a adoptar formas violentas y esto es precisamente lo que una verdadera política democrática debe evitar. La pregunta es ¿cómo evitarlo? Oyéndolo, entendiendo que tal vez el reclamo sea sólo el grito desesperado de quienes siguen resistiendo el atropello del capitalismo salvaje.

Guido Risso
Profesor de Derecho Constitucional

“Violan los derechos más elementales”

Entidades de derechos humanos, sociales, políticas y sindicales acordaron un frente común para oponerse al proyecto de Código Contravencional que impulsa el gobierno bonaerense. Cuestionan el mayor poder que le otorga a la policía, entre otros puntos.


Más de ochenta organizaciones políticas, sociales y sindicales se reunieron para intentar frenar el proyecto de Código Contravencional que impulsa el gobierno de la provincia de Buenos Aires. La iniciativa “viola la Constitución nacional y la provincial y los derechos individuales y colectivos más elementales”, declararon al término del encuentro. Al mismo tiempo, el gobernador bonaerense, Daniel Scioli, insistió en que el proyecto implica ponerse “al frente de la lucha” contra la inseguridad y advirtió que si no se hace “eco del clamor popular por más seguridad y justicia, el avance de la delincuencia no se va a poder ir revirtiendo”.
En un salón de la Legislatura provincial, el presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales, Horacio Verbitsky; Hugo Cañón, de la Comisión por la Memoria, y Hugo Godoy, de Asociación de Trabajadores del Estado, coincidieron en los aspectos más preocupantes de la iniciativa de Scioli, que habría sido redactada por su ministro de Seguridad, Carlos Stornelli.
Verbitsky señaló que el proyecto “sin duda será declarado inconstitucional pero cuando sea declarado inconstitucional habrán pasado uno, dos o tres años y el daño estará hecho”. “El código –indicó– es un efecto de la absoluta ineficiencia del gobierno para dar respuesta a los reclamos legítimos de seguridad y un profundo caso de corrupción: es evidente que se trata del financiamiento de la política con recursos espurios obtenidos por parte de la regulación del delito a cargo de la Policía Bonaerense.”
Cañón, quien también actúa como fiscal federal en Bahía Blanca, aseguró que “en el trasfondo de todo esto hay amplios sectores autoritarios que están impulsando una vuelta para atrás que encubre un disciplinamiento social profundo”. Uno de los aspectos más cuestionados por las organizaciones fue el artículo 80, que sanciona “a quien circulare por la vía pública con atuendos destinados a ocultar su rostro de manera que impidiere y obstruyere su identificación”. Las entidades resaltaron que el artículo está destinado a frenar las protestas, sobre todo las protagonizadas por piqueteros.
En diálogo con Página/12, Hugo Godoy aseguró que desde la Central de Trabajadores Argentinos (CTA) harán todo lo posible por detener el proyecto de reforma. “Vamos a ampliar la campaña de difusión para involucrar a la sociedad en el debate sobre esto, que en la práctica es un estado de sitio.” El sindicalista aseguró que el proyecto es “más duro que el código de faltas actual, que rige desde la dictadura militar”. Y puso ejemplos: “Hay figuras como la de ‘actitud amenazante’ o ‘merodeo’ y le da atribuciones a la policía para detener a menores de 14 años sin autorización judicial, incluso amplía la potestad policial para detener más tiempo a las personas”.
“Scioli intenta hacer parecer que ellos proponen sólo lo que la gente pide y eso es falso –sostuvo Godoy–, él intenta establecer mecanismos de represión y miedo para protegernos a costa de nuestro destino.” Tanto el CELS como la CTA se pusieron en campaña para detener el proyecto o lograr que se vote en contra. El CELS, indicó Verbitsky, va a “presentar una impugnación a este proyecto de ley, que además se intenta sancionar de apuro, sin análisis y discusión”. Desde la CTA prometieron “movilizarse de todas las formas posibles” en todos los municipios de la provincia, no sólo en La Plata.
Gastón Chillier, director ejecutivo del CELS, explicó a este diario los tres puntos “más preocupantes” del proyecto de ley. “En primer lugar es inconstitucional por el tipo de faltas que legisla, las sanciones y más que nada los jueces que las van a aplicar, que van a ser nombrados por el Poder Ejecutivo provincial y los Concejos Deliberantes municipales y no por el Senado, como debería ser”, dijo Chillier.
En segundo lugar, continuó, el proyecto desoye las recurrentes advertencias del juez de la Corte Suprema de la Nación Eugenio Zaffaroni sobre la creciente y preocupante autonomía policial. “El gobernador pretende devolverle el poder a la Bonaerense y esta autonomía va a generar casos de violencia y desaparición, nuevos casos como el (Miguel) Bru, (José Luis) Cabezas y (Luciano) Arruga.” El último punto es “la tomada de pelo” a la sociedad porque, según Chillier, “no responde en absoluto a las demandas de seguridad y las demandas sociales”.
También la presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, repudió la iniciativa del gobernador Scioli, a quien acusó de tener un “lado fascista”. “El pueblo para ellos es blanco fácil: cartoneros, prostitutas, cuidacoches, limpiavidrios, niños y jóvenes pobres, el castigo a la protesta social”, enumeró Bonafini. Para ella, la dupla Scioli y Stornelli “no cambia, siempre pensaron igual”. “La frase ‘recuperar la calle para la Bonaerense’ los pinta de cuerpo entero”, escribió en un comunicado de prensa.
Por todos estos motivos, las 86 organizaciones que repudian el proyecto de reforma al Código Contravencional irán a la Justicia. Son, además de las mencionadas, varias APDH bonaerenses, CTA, Suteba, Fundación Sur y las asociaciones Pensamiento Penal y Judicial Bonaerense. En un comunicado conjunto, declararon que la reforma “viola la Constitución nacional y provincial y los derechos individuales y colectivos más elementales”.