jueves, 5 de noviembre de 2009

CARRIO JUEGA UNA CARTA PELIGROSA

Elisa Carrió y la Coalición Cívica-ARI , partido el cual preside, dieron a conocer una carta que elevarán -con pedido de audiencia incluída - a los embajadores de Brasil, Chile, Uruguay, Méjico, Perú, Francia, España, Estados Unidos, Canadá, Chile, Bolivia, entre otras naciones.

En dicho escrito expresa que. “…En los hechos se da una situación anómala, dado que quien toma las determinaciones y realmente ejerce el poder, no ha sido elegido para ejercer esas funciones. Esto socava la legitimidad del Ejecutivo que preside nominalmente la señora Cristina Fernández de Kirchner", y agrega: “… La Argentina sufre una inusitada escalada de violencia que tuvo un inicio verbal pero que recientemente ha acentuado aspectos alarmantes de violencia física. Aquella viene siendo incentivada desde hace varios años por una prédica oficial reñida con la convivencia armoniosa básica para la vida democrática ya que potencia los elementos conflictivos existentes y genera nuevos frentes de confrontación donde no los había…”, para finalmente señalar: “….Por este motivo es que nos dirigimos a los gobiernos de los países amigos para serles patente que se está comprometiendo en la Argentina la vigencia efectiva de la democracia representativa, que es principio esencial de la Organización de los Estados Americanos…”

¿Estas declaraciones pueden diferenciarse de argumentos similares a los utilizados por los golpistas hondureños o por quienes hoy en Paraguay intentan –vía un juicio político- separar de su cargo al Presidente Fernando Lugo?

Elisa Carrió plantea un escenario de falta de representatividad política, y de violencia y prepara el terreno “avisándole a la región” que la democracia está en peligro. Otra vez el caos, el país a punto de estallar y ante la proximidad de un nuevo diciembre la certeza de que algo grave va a ocurrir en el último mes del año, como viene preanunciando desde 2003.

Apela a la comprensión, casi pidiendo ayuda para cuando sus vaticinios se cumplan, que no son otros que la destitución de la presidenta de la nación. ¿O acaso no preanunció en su momento que “los Kirchner” iban a tener el mismo fin que el matrimonio del mandatario rumano Nicolae Ceaucescu y su esposa Elena que fueron ejecutados? Dijo a mediados de 2008: “… Esto se parece muchísimo a la Rumania de hace dos décadas”.

Ya en 2009 aseveró que “en la calle la gente quiere matar a Kirchner” y con respecto a la designación de Echegaray en la ONCCA : “….Y su asunción es la victoria de la ilegalidad. Asume para perseguir a opositores, empresarios, medios y periodistas. Esto es una especie de KGB".

La misiva ubica, adrede, la situación argentina en un contexto latinoamericano y por lo tanto incorpora otros actores, intereses y factores de poder, con lo cual no pueden invocarse casualidades o preconceptos. Ella, implícitamente, se ofrece como garantía de sostén de los valores supuestamente avasallados.

Ante la actitud de un grupo de presidentes que con un discurso propio y acciones de conjunto han articulado medidas que no permitieron la secesión en Bolivia, acorralaron a los golpistas hondureños, e impidieron la consolidación del ALCA entre otras tantas realizaciones que sirvieron para profundizar los procesos democráticos, la participación social y la distribución de la riqueza en nuestro continente, aparece otra estrategia continental tendiente a sabotear estos gobiernos elegidos por la voluntad popular e impedir la consolidación de la integración regional que pretenden Evo Morales, Lula da Silva, Cristina Kirchner, Fernando Lugo, Tabaré Vázquez , Rafael Correa y Hugo Chávez.

América Latina se ha convertido, y Argentina en consecuencia, en un escenario de disputa de dos modelos de desarrollo cultural, social y económico.

La carta de Carrió no es, por lo tanto, un hecho menor y aislado, producto de una actitud desequilibrada

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